jueves, diciembre 31, 2009

ÚLTIMA HORA.

Acabo de darme cuenta de que hay un problema con los comentarios, me llegan siempre directamente al correo, pero desde el post de navidad no os había recibido, así que estaba tan pancha sin contestaros. No me gusta dejaros sin respuesta, así que tarde, pero están respondidos vuestros comentarios. Siento el retraso, a ver si puedo arreglar el entuerto que no sé porque ahora falla eso...

¡FELIZ AÑO 2010!


En este día, el último del año, siempre tengo sentimientos encontrados, que se enfrentan entre sí formando un batiburrillo de sensaciones en mi interior, más próximas al llanto que a la alegría en algunos momentos, y viceversa en otros.
Esa mezcla me mantiene en el candelero de las emociones y ando por el mundo como hipnotizada, pensando, analizando, repasando. Es un cerrar de etapas, una transición casi obligatoria, el cambio, el no regresar atrás, lo que parece que se queda y lo que sigue su camino. Fríamente, es una tontería, porque aunque el año que empieza cambie su nombre, lo que se queda sigue estando ahí, en el recuerdo y en el corazón.



Repasando, ha sido un año triste en muchos momentos, sobre todo en sus comienzos. Se fue Gloria y también mi padrino. Fue raro todo, difícil de digerir en ocasiones, pero seguimos marcha y viví muy buenos momentos también.

Un viaje con toda mi familia, el de Paris, precioso, por la oportunidad de estar todos juntos.

Un sueño cumplido, en Alaska, acercarme a los nativos, a sus mundos, a sus vidas, a sus peligros, a mis miedos.

También destacaría los momentos compartidos con los amigos, con mis primos. Los viajes con los Ardorines. El nacimiento de Miriam y de Alejandra. Los momentos con todos vosotros, los de siempre, los que leeis en silencio, los que comentais, los que conozco y los que no. Algunos, nuevos, como Belén, Alicia, Marisol, Mayte, Fermín, Acróbata, Santos, Pedro, Cuka...¡bienvenidos!.

Para finalizar, recordaros que el año 2009 ha sido el año del gorila. Sabeis que tengo predilección por los grandes simios, nuestros parientes evolutivos más cercanos. Lo tienen difícil, la verdad es que las cosas no pintan nada bien para ellos. En el 2010, en mi corazón, seguirá siendo el año del gorila, y por lo tanto, seguiré ideando, comiéndome la cabeza, pensando, como hacer para salvarlos de la extinción.



Este post, va dedicado sin duda alguna, a todos vosotros, que me leeis no sé muy bien porqué, que me motivais a continuar buscando el norte a cada huequito que tengo, que dais sentido a este blog en aquellos momentos en los que empiezo a pensar que no lo tiene. Un abrazo para todos, os deseo lo mejor, ¡Feliz año 2010!.

martes, diciembre 29, 2009

AVATAR Y LA CARA DE LA MONEDA.



No me apetecía nada, pero nada, nada, nada.

Era la noche perfecta para apalancarme en el sofá envuelta en una manta morellana y leer un buen libro, ver la tele o jugar a un solitario.

Pedro apareció con su propuesta: "¿Vamos al cine?".

Cruce de cables, no me gustan nada los planes improvisados que rompen con mis planes preestablecidos. La cara debió de delatarme y tras un sí poco convincente, estuvimos un par de minutos debatiendo, "¿vamos o no vamos?".

Nuestro destino final se puso en mano de una moneda, cara=cine, cruz=casa.



Salió cara, o lo que es lo mismo, cine.

La película elegida "Avatar".

Arrastrando mi pereza me adentré en la sala y me dejé llevar hasta Pandora.

La película, una pasada, y con un mensaje muy claro. Ciencia ficción, sí, pero no hace más que ponerte en el lugar de los indígenas y en una situación idéntica a la que están viviendo muchas tribus del Amazonas, Indonesia,Congo...en La Tierra. Tribus avasalladas, tribus víctimas del "todo vale" del depredador más grande del mundo. Me vinieron a la cabeza las sabias frases de las tribus indias que he puesto alguna vez en el blog: "Sólo cuando se haya talado el último árbol, sólo cuando se haya envenenado el último río, sólo cuando se haya pescado el último pez; sólo entonces descubrirás que el dinero no es comestible", o aquella del jefe indio Seattle: "El hombre no teje la trama de la vida, no es más que una de sus hebras. Todo lo que le hace a la trama, se lo hace así mismo."

La superrecomiendo, por bonita, por original y por su contenido, para que vosotros también "veais" lo que yo ya "veo". "Te Veo".

Pd: Peli para ver en el cine.

jueves, diciembre 24, 2009

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

FOTOS VARIAS Y A OTRA COSA, MARIPOSA.



La reina Victoria y yo, ni más, ni menos.



En la leyenda del rey Arturo, la mesa redonda era una mesa mística de Camelot alrededor de la cual el rey y sus caballeros se sentaban para discutir asuntos cruciales para la seguridad del reino.
Actualmente, esta mesa que fue repintada en 1789, se encuentra ubicada en el salón principal del castillo de Winchester. Muestra al Rey Artús presidiendo las ubicaciones concéntricas de sus veinticuatro caballeros.





En el Castillo de Winchester nació Enrique III de Inglaterra, allá por el año 1207. Era hijo de Juan I, más conocido como Juan sin tierra, que a su vez era hermano de Ricardo I, conocido como Ricardo corazón de león.
Enrique III fue el primogénito del Rey Juan I y de Isabel de Angulema.



Fernando y yo. Autofoto.



El castañero.



Contrastes.

miércoles, diciembre 23, 2009

EL INTERIOR DE LA CATEDRAL. Winchester.



Winchester es la ciudad que vió morir a Jane Austen, pero desconocía que estuviera enterrada también allí, y en la Catedral menos, así que cuando mi primo me lo contó me quedé muy sorprendida, y emocionada a la vez, por tener la oportunidad de visitar su tumba. He leído todos sus libros, absolutamente todos, mi preferido es "Emma".

Nunca hubiera imaginado así el lugar que alberga los restos de Jane. Imaginaba una tumba rodeada de flores enmedio de un entorno verde, en un lugar muy rural y junto a un precioso "cottage".

Pues bien, ahí me teneis, junto a la lápida del siglo XIX ubicada en el muro que mira hacía el norte. Fue muy emocionante.



Sabíamos que esta mini puerta tenía algún misterio, pero no hubo manera de desvelarlo hasta que buscando, buscando, y gracias a internet que es una maravilla, ya lo he descubierto. Resulta que este rincón de la catedral, alberga imágenes de santos como San Birino que fue el primer obispo misionero que tuvo la catedral, o San Swithun, y en este me paro porque la puertecilla tiene mucho que ver con él. Los peregrinos se arrastraban a través del "agujero sagrado", (que debe ser el nombre de la puerta), para estar más cerca de los huesos de dicho santo.



En el coro de la catedral se encuentran unas urnas funerarias que contienen los restos de varios reyes de las primitivas dinastías reales de Inglaterra, se conoce quienes fueron enterrados allí, pero ya no se sabe quién es quién porque andan todos juntos y revueltos.
La identificación de los restos humanos contenidos en los cofres es imposible. Durante la Guerra Civil del siglo XVII, los soldados del Parlamento profanaron las urnas y esparcieron los huesos por tierra. Con la Restauración de la monarquía, los huesos profanados fueron recogidos y colocados en las actuales urnas mortuorias



El precioso y ornamentado altar mayor.



Para finalizar y como curiosidad deciros que la catedral ha sido usada como escenario de las novelas de ficción de Anthony Trollope sobre la vida clerical durante el siglo XIX. En el año 2005, el edificio fue utilizado como escenario para la película "El código da Vinci", donde el transepto norte era el Vaticano. A raíz de esto, la catedral albergó debates y proyecciones para desacreditar el libro.

martes, diciembre 22, 2009

CATEDRAL DE WINCHESTER.



Contrastes.





Autofoto.



La catedral de Winchester empezó a construirse en el año 1079, tiene una larga historia y es una de las mayores catedrales de Inglaterra. Es, además, la que tiene mayor longitud de todas las catedrales góticas europeas.

A lo largo de los años, las piedras que forman sus muros han sido testigos de numerosos acontecimientos, entre ellos dos coronaciones, dos matrimonios y un funeral real, así como el funeral y entierro de Jane Austen en 1817.

Este edificio no tiene desperdicio y merece la pena perderse entre sus muros. Fernando y yo nos tomamos nuestro tiempo para eso, pero antes visitamos el precioso mercado navideño ubicado en una de las fachadas laterales.

lunes, diciembre 21, 2009

WINCHESTER.



Las señales que nos indicaban el camino correcto.





La estatua que preside la entrada, detrás de ella hay una colina verde que la niebla nos impidió descubrir hasta el final de nuestra visita, y ¡fue todo un acontecimiento para mí!.




Y como podeis comprobar, no era yo la única castellonera por aquellos parajes...



Después de dejar a Pedro en su misión imposible, Fernando y yo nos fuimos camino de Winchester. Esquivando la autovía y perdiéndonos por preciosos caminos rurales, disfrutamos de la famosa campiña inglesa y de las bonitas casitas de campo que eran una verdadera envidia.

Winchester, la antigua capital, conserva en el ambiente y en la arquitectura de sus edificios, un inconfudible diseño medieval.

Empezamos la visita callejeando por la zona más céntrica, para continuar perdiéndonos por uno de sus mercados de frutas, verduras y flores, muchas flores naturales.

sábado, diciembre 19, 2009

PORTSMOUTH.




Por la tarde nos encontramos con mi primo Fernando, teníamos muchas ganas de vernos mutuamente y qué cosas que nos vemos más allá que acá...llegó cuál Papá Noel, cargadito de regalos, aunque el mejor regalo era él mismo. Nos obsequió, además, con una tarde inolvidable en Portsmouth, ciudad natal de Charles Dickens, en la costa sur de Inglaterra, en el condado de Hampshire.

Paseamos perdiéndonos en la noche temprana y fría de Inglaterra. Las calles semioscuras y húmedas. Pudimos ver unos galeones preciosos, de esos de las novelas de piratas y princesas secuestradas.

Durante siglos, Portsmouth fue un importante puerto naval y es hogar del muelle seco más viejo del mundo, aún en uso, por eso alberga un museo donde poder visitar barcos famosos como el HMS Victory, los restos del Mary Rose o el HMS Warrior.

El símbolo de la ciudad es una moderna torre, se llama Spinnaker Tower y se construyó en 2005, desde donde se pueden divisar preciosas vistas sobre la misma. Decidimos no subir porque en la oscuridad que nos envolvía, poco íbamos a ver del entorno.

Por último, y aprovechando el post: ¡FELICIDADES PRIMO!, es que es su cumple justamente hoy. Besitos.

Pd: Y mi recuerdo especial a la Aurora Boreal, que la recordamos cada día y la llevamos en nuestro pensamiento y en nuestro corazón, y hoy también la hubieramos felicitado por su cumple. "¡Gracias Glo!, por todo".

jueves, diciembre 17, 2009

MAGIA POTAGIA.



Abandoné los trastos y me fui a la aventura, esta vez sola, memorizando el camino que recorría, fijándome en cada detalle.

Eso de andar sola por ahí en un país que no es el tuyo, con un idioma que todavía no acabas de dominar, te hace sentir, también parecer, un poco idiota. Para empezar, cualquier pequeña cosa es un mundo. Lo de cruzar la calle se convirtió en una odisea, con eso de que circulan por la izquierda iba mareada, mirando a un lado y al otro, volviendo a mirar y a remirar, parecía que andaba haciendo ejercicios de cuello. Tenía que pensar cada vez por donde iban a aparecer los coches. En un par de ocasiones me tocó retroceder porque se me llevaban por delante si no lo hacía, la costumbre es muy mala en un lugar donde es distinta.

Terminé haciéndome amiga de todos los semáforos de peatones que encontré, que me cruzaban de una acera a la otra. Caminé, caminé, caminé hasta hartarme, parándome en cada escaparate curioso, mirando detenidamente algunas casas, disfrutando de la navidad que marcaba su presencia en cada esquina, de las caras nuevas, y observando la vida discurrir de otras personas.

Una sirena de un coche de policía se escuchó a lo lejos y mientras se acercaba con su sonido repetitivo hacía donde me encontraba, el mundo pareció detenerse, y por unos instantes se detuvo, hasta que se alejaron con su música y sus luces dando vueltas sobre el techo.

Otro semáforo. Un chico con su melena larga, rubio, casi albino, al otro lado de la acera, justo enfrente de mí, se paró respetando religiosamente el rojo para los peatones. Hice lo mismo, y fue allí cuando lo vi. En todo ese rato que permanecí junto a aquel semáforo, no pude dejar de mirarlo, tirado, abandonado a su suerte en el suelo. Un chupete azul. Un chupete que algún niño estaría añorando, quizás llorando, porque un chupete lo es todo en el mundo infantil. El chupete me miraba fijamente atrapando toda mi atención y yo miraba al chupete, también a mi alrededor, por si encontraba al pequeño propietario, pero no hubo suerte. Me imaginé al chiquitín que había detrás del chupete, a un niño rubio platino de enormes ojos azules y mejillas sonrosadas, me imaginé a ese pequeño desamparado sin el consuelo de su objeto más preciado.
En ese momento, entre el chupete y yo se estableció una comunicación, no verbal, por supuesto, pero pese a ser un objeto, diminuto, un objeto sin más, un objeto tirado sobre el asfalto junto a un semáforo gris, se convirtió de pronto en lo más importante de ese paseo en soledad, en el icono, porque el chupete no habló, pero mi alma si mantuvo un monólogo en mi interior que comenzó al encontrarme precisamente con él. Es difícil de explicar, pero de golpe y porrazo comprendí muchas cosas que había ido aplazando para no pensarlas, las tuve que mirar de frente, casi a la fuerza, y un torrente de sensaciones me envolvieron de tal forma que ya no vi nada igual, el chupete hizo magia y el mundo a mi alrededor se transformó en otro.

Comprendí de repente, así, por sorpresa, mis propios sentimientos, esos que la parte no consciente de mí trata de esquivar poniendo un muro de defensa, y todo gracias a un chupete azul que me miró, que cayó al suelo para encontrarme a mí, porque no existe la casualidad.

Aunque parezca extraño y no entendais nada, todo cambió y todo sigue cambiado.

miércoles, diciembre 16, 2009

SOUTHAMPTON.



Las escaleras que llevaban a nuestra habitación.



Azul celeste, muy inglesa.



Una habitación para la televisión.



Llamando a la puerta.



Arriba nuestra calle, abajo la menda en el taxi envuelta a lo Doña Rogelia con mi bufanda, ande yo caliente...



Amaneció por decir algo, porque fue un amanecer oscuro. Llovía y el sol brillaba por su ausencia.

Desayunamos y nos embarcamos a la aventura de la búsqueda de nuestro destino, un pueblo del sur que se llama Southampton.

Autobus, trajín de maletas, estación, larga espera en la que aproveché para deleitarme en el placer de ver la vida discurrir por un rincón del mundo distinto del que normalmente me envuelve. Disfruto observando el ir y el venir de otras personas en otros lugares tan diferentes o no tanto, depende de los ojos con que se mire.

Llegó nuestro tren y subimos confiados. Doce vagones y escogimos uno al azar. Por fin sentimos calorcito y agradecí esa sensación intensa, casi de placer, al dar portazo tras de mí al frío que helaba mi cara en el andén. Estos contrastes son precisamente los que te permiten valorar lo que tienes cuando lo tienes, y lo que no tienes cuando lo deseas tener.

Menos mal que el inglés forma parte de nuestras vidas, menos mal, porque, ¿quién iba a pensarse que un tren se parte en dos a mitad del camino?.

Estaba preparada para mis dos horitas de viaje, encantada de la vida mirando paisajes por la ventana, con mi libreta de anotaciones al lado, "el bolígrafo de gel verde" también cerquita para seguir perdiéndome en la historia en cuanto se presentara la ocasión, y de repente, leemos en un cartelito que los cuatro primeros vagones se dirigen a Southampton y el resto, hasta el vagón doce, se van a donde Cristo perdió el gorro.

Empezó así, un largo peregrinaje por el interior del tren. No se me ocurría poner un pie en el vagón siguiente hasta que llegara mi Pedro cargado con la maleta de 24 kilos, no fuera a ser que en ese momento se partiera el tren y tú a Boston y yo a California.

Paró unos minutos en una estación, momento que aprovechamos para bajar y correr por el andén en busca del vagón número cuatro, ante la atónita mirada del revisor, que seguro que pensó que eramos dos tontos muy tontos, y es que un tren se hace muy largo cuando te anuncian que se parte en dos.

Y todo salió bien, nos dió tiempo, disfrutamos a través de la ventana de las verdes extensiones de terreno, de la preciosa panorámica de las aldeas con sus casas victorianas y sus castillos de película, de esos que tienen fantasmas. Los cuatro vagones llegaron a su destino y nosotros con ellos al nuestro.

Pedro se fue a informar de la ubicación de nuestro hogar inglés mientras que yo me quedé de guardaequipaje observando entretenida una discusión de los más variopinta, con el tono de voz elevado pero dentro de un control, con "sorries" y "thank yous" incluidos, "very polite", lo mismito que aquí.

Taxi, casa. Habitación en un altillo al final de unas empinadas escaleras que a mi me recordaban a las pelis de terror, y por fin, Southampton.

martes, diciembre 15, 2009

INGLATERRA.




Odio volar por muchos motivos. Primero, porque los aviones contaminan una barbaridad y después nos toca compensar plantando arbolitos. Segundo, porque creo que voy a morir cada vez que piso uno.

Entro, y miro a la azafata que nos recibe, a ver si tiene cara de ser su último día. Ahora, me siento relajada hasta que se ponen los motores en marcha, antes era una llantina continua, un "¿para qué habré subido?".

No me gusta volar porque no puedo ser independiente y viajar sola, necesito sentarme bien agarrada a mi Pedro, que le destrozo el brazo de los apretones que le doy. No puedo viajar sola por lo que os he dicho antes, si voy a morir necesito hacerlo cogida a alguien que quiero.

Una vez arriba, consigo centrarme, leer o entretenerme con cualquier cosa, antes era impensable, pero vamos avanzando...eso sí, en la primera turbulencia vuelve la ansiedad a atacar despiadadamente y vuelvo al refugio, cual avestruz, a esconderme en el brazo del que tengo al lado.

Me regalaron un libro para perder el miedo a volar, y resulta que el libro me dió ideas nuevas de cosas que pueden suceder que ni siquiera había pensado. Al primer bache turbulento me voy mentalmente a una frase de ese libro que explicaba que el avión puede soportar siete veces más que la mayor de las turbulencias, vale, ¿y si hay una turbulencia no detectada ni descubierta a la que el avión no se pueda enfrentar?, ¿y si justamente nos la encontramos de frente cuando voy yo dentro del chisme?, ¿y si se escacharra el motor porque algún objeto flotante no identificado se cuela por una ranura?, ¿y si el viento parte las alas?, ¿y si se equivoca el controlador y chocamos con un avión ruso?, ¿y si todo lo que puedo imaginar, todas esas cosas catastróficas que pienso se hacen realidad?, uffff, solo el torbellino que hay dentro de mi cabeza es suficiente turbulencia para pararme el corazón, y es que lo de sentirme colgada en las nubes no es lo mio.

Hace años decidimos evitar el avión a toda costa, y por eso esta vez hemos dado muchas vueltas para ver si podíamos llegar hasta Inglaterra en ferry, que si, pero los horarios de regreso no se nos amoldaban. En tren, que también, pero andábamos igual, mal de horarios y tiempo. Finalmente, nos tocó coger un vuelo que nos dejó en un par de horas en nuestro destino, es casi milagroso.

Un folio en blanco es el motivo que nos llevó hasta Inglaterra, un papel a rellenar con cita previa, mil ilusiones puestas en este viaje, ilusiones flotantes como el avión que nos dejó con final feliz en tierra.

En cuanto llegué me acordé de mis guantes y de mi gorro. Una maleta con 24 kilos de peso para dejarme en casa lo más importante, fresquitos, fresquitos...

Vaquitas, campiña, casitas de monopoly, todo tan verde, tan bonito, tan organizado, tan señalizado, tan limpio...

Llegamos de noche a uno de los cinco aeropuertos de Londres. Cansados, más de emociones que de esfuerzos. Creo que los cambios en la rutina, el subir, el bajar, los escenarios nuevos que captan toda la atención, el movimiento, las idas, las venidas, la media vuelta, todo eso agota, y una termina acurrucada en la cama más feliz que una perdiz, a esperar un nuevo y gris amanecer, probablemente lluvioso, por tierras británicas.

lunes, diciembre 14, 2009

LLUVIA.




Mi bici y yo en un país donde la lluvia es lo normal y nadie te mira raro porque la dinámica es usar la bici aunque diluvie.



Llovía cuando he amanecido. Me gusta la lluvia. Me gusta mucho la lluvia. Salgo de casa y caen cuatro gotas, así que cojo la bici a sabiendas de que me van a acribillar con la misma pregunta de todos los días cuando llegue al trabajo.

Por el camino veo mujeres con niños cogidos de la mano, gente en moto, gente en bici, gente sin paragüas a la que el tiempo les ha pillado desprevenidos. Todo es normal a mi alrededor, menos yo. Desentono de alguna manera o eso parece, ¿porque a nadie le llama la atención alguien sin paraguas que se desplace con las dos piernas, o alguien que se desplace con dos ruedas sobre una moto?, pero ¡ay de ti si pedaleas con lluvia!, da igual que vayas perfectamente preparada de pies a cabeza, con la ropa adecuada, da igual. Llueve, y si llueve la vida de los ciclistas se tiene que detener, según parece...

Y llego a mi rutina temblando, no de frío, sino de pesadez, de aburrimiento, de astío, es un temblor psicológico. Tiemblo porque sé que tengo que escuchar lo mismo de siempre, escuchar de nuevo la misma pregunta de todos los días, la misma pregunta machacona de los días de lluvia y de los días de sol también, porque da igual. No sé que sería de algunas personas si hubieran nacido en Ruanda, o en un pueblo de Perú y tuvieran que andar cada noche 20 kilómetros descalzos para dormir sin ser secuestrados, o cada día otros 20 para ir al colegio. Es más, no sé que sería de algunos si hubieran nacido en Laponia, en Inglaterra, o en Galicia sin ir más lejos, o en cualquier país del norte donde el clima es tan malo, y llueve cada dos minutos, pero, sin embargo, la vida continua, con bici, con bus, con metro o con dos piernas que caminan.

Huyo de la pregunta y la escucho como un eco, porque la encuentro de frente, en la planta baja, en la primera planta... Es una pregunta acosadora, tremedamente aburrida, que me persigue y que me agobia. ¡Oh, Dios mio!, ¡llueve!, y toca preguntar: "¿has venido en bici?".

Para colmo, alucino, porque tengo un compañero que me vigila, sabe perfectamente si un día vengo en coche o no, y al final de la semana me hace el recuento, "Oye, el lunes viniste en coche...", hay que estar aburrido y desfaenado.

Me consuela saber que Ardorín ha venido en moto, aunque nadie le ha preguntado: "¿Y has venido en moto?", "¿con este tiempo?"...bueno, yo sí, le he preguntado para darle la lata como me la dan a mí, mal de muchos...

Esto de ir contracorriente es un coñazo, algunas veces. Por si acaso, señores, cuidado, que llueve...

Gracias blog por dejarme desahogar, que andaba saturada de escuchar lo mismo toda la tarde.

Pd: Que nadie se preocupe por mí, que soy mayorcita y si cuando tenga que regresar a casa veo que subir en la bici hace peligrar mi vida, llamaré a mi Pedro, me recogerá y santas pascuas, allá paz y aquí gloria, o como se diga...

Pd II: Los osos polares se ahogan en el ártico por un cambio climático cada día más acelerado.

domingo, diciembre 13, 2009

TDAH. APADAHCAS:



TDAH: Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Es un síndrome conductual que afecta a entre un 5 y un 10% de la población infantil-juvenil.

APADAHCAS: Asociación de Padres de Afectados por Déficit de Atención e Hiperactividad.

Hoy hago un alto en mis aventuras para dar a conocer esta asociación que se está gestando aquí, en Castellón. Me lo han pedido y por supuesto este blog tiene un huequito reservado para dar a conocer este tipo de iniciativas.

Aún no tienen sede, y la asociación todavía no está legalizada aunque los Estatutos ya están presentados, pero es cuestión de tiempo que todos estos padres con hijos afectados por este síndrome, puedan empezar a realizar actividades terapeúticas en Castellón sin tener que desplazarse a Valencia como venían haciendo hasta ahora.

La web llegará, el modo de contactar de momento es temporal, por eso, si teneis este problema, necesitais ayuda y asesoramiento sobre esta enfermedad, de manera momentánea podeis contactar con la presidenta, se llama Teresa: teresaubo@hotmail.com

Si necesitais más información al respecto del TDAH puedes consultar la web de APNADAH, la asociación de Valencia.

Más información:
Pincha aquí para descargarte el archivo.

miércoles, diciembre 09, 2009

LIMPIEZA ANUAL.



"El hombre no teje la trama de la vida, no es más que una de sus hebras. Todo lo que le hace a la trama, se lo hace así mismo." Jefe indio Seattle.





"Sólo cuando se haya talado el último árbol, sólo cuando se haya envenenado el último río, sólo cuando se haya pescado el último pez; sólo entonces descubrirás que el dinero no es comestible." Profecía de los indios Cree.






El tiempo pasa deprisa y ya hace un año desde la última vez que Pedro y yo limpiamos la Varga. En esta ocasión recogimos dos bolsas de basura, pero a mí me pareció casi un triunfo, dos bolsas de basura en un año me inyecta en el alma una dosis de esperanza y es un gran avance.

Estoy convencida de que el caos lleva al caos y mi teoría es que si conseguimos ir manteniendo este paraje tan bonito, limpio, quizás los visitantes se piensen un poco más lo de dejar sus miserias por los suelos y junto al río. En ello estamos, haciendo una campaña silenciosa de concienciación. No me digais que este rincón manchego no merece nuestros mimos... Es mi lugar preferido del pueblo donde tenemos nuestra casita, un lugar que me abraza, que me envuelve y me aporta paz cuando necesito consuelo.